José Raúl Mulino se ha convertido en el presidente electo de Panamá, ganando las elecciones de una sola vuelta con alrededor del 34% de los votos. Esta elección puede resultar paradójica para algunos, ya que Mulino es considerado el delfín político del expresidente Ricardo Martinelli, quien se encuentra asilado en la embajada de Nicaragua debido a una condena por lavado de dinero.
Mulino, un abogado de 64 años, ha tenido una larga carrera política en Panamá, habiendo ocupado cargos como vicecanciller y canciller durante el gobierno de Guillermo Endara, así como ministro de Justicia y Seguridad Pública durante el gobierno de Martinelli. Aunque ha sido criticado por su participación en políticas de "mano dura" y la represión de protestas durante su mandato como ministro, Mulino ha sido leal a Martinelli y ha sido respaldado por él en estas elecciones.
A pesar de la condena de Martinelli y las críticas hacia Mulino por su cercanía con él, Mulino ha logrado ganar el apoyo de una parte de la población panameña que añora el crecimiento económico y las mejoras en infraestructura que ocurrieron durante el gobierno de Martinelli. Mulino ha prometido volver a esa bonanza económica con la creación de empleos, mejoras en la seguridad pública y la ampliación de servicios básicos como el acceso al agua potable y la electricidad.
Sin embargo, los analistas advierten que las condiciones económicas actuales de Panamá no son las mismas que durante el gobierno de Martinelli, y que Mulino enfrentará desafíos para cumplir sus promesas de campaña. A pesar de esto, los votantes que apoyan a Mulino han priorizado los logros económicos del gobierno anterior sobre los señalamientos de corrupción que enfrenta, mostrando su respaldo a través de las urnas.
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