La situación entre México y Ecuador ha alcanzado un punto crítico con la denuncia presentada por México ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Esta denuncia surge como respuesta al asalto ordenado por el presidente ecuatoriano Daniel Noboa a la embajada mexicana en Quito, donde se asiló el exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas.
México sostiene que Ecuador violó el derecho internacional al atacar la inviolabilidad de la embajada y agredir a sus diplomáticos, lo que ha llevado al Gobierno mexicano a exigir una disculpa pública y la suspensión de Ecuador como miembro de la ONU hasta que se reconozcan estas violaciones.
La canciller mexicana, Alicia Bárcena, argumenta que la acción de Ecuador debe ser condenada y sancionada por la comunidad internacional para evitar un precedente de impunidad. México, conocido por su compromiso con el derecho internacional y la solución pacífica de conflictos, busca establecer un precedente de respeto a la inviolabilidad de las sedes diplomáticas y promover la solución pacífica de controversias entre Estados.
Esta crisis diplomática se ha intensificado debido a las acusaciones cruzadas entre ambos países. Ecuador acusa a México de intervenir en sus asuntos internos al conceder asilo diplomático a Glas, mientras que México sostiene que Ecuador violó la Convención de Viena al atacar su embajada y agredir a sus diplomáticos.
La ruptura de relaciones diplomáticas y el incidente en la embajada mexicana han generado una condena unánime por parte de la comunidad internacional, evidenciando la gravedad de la situación y la necesidad de buscar una solución diplomática y pacífica para resolver este conflicto entre dos países latinoamericanos.
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