La situación en la comunidad pesquera de Guanacaste se ha vuelto desesperada, con los pescadores enfrentando una crisis económica sin precedentes. Según Martín Contreras, presidente de la Cámara de Pescadores de Guanacaste, la realidad es desoladora: antes, en una pesca normal, los pescadores podían ganar entre ¢35.000 y ¢40.000, pero ahora apenas logran obtener entre ¢16.000 y ¢20.000. Esta dramática disminución en los ingresos ha dejado a los pescadores luchando por sobrevivir, con deudas que se acumulan y la incertidumbre de no saber cómo alimentar a sus familias.
La crisis se agrava con el impacto del Fenómeno de El Niño, que ha reducido drásticamente las capturas y ha sumido a la comunidad pesquera en una situación desesperada. Contreras denuncia el abandono por parte de las autoridades nacionales, que han prometido apoyo pero han fallado en cumplir sus compromisos. Incluso, el reciente rechazo del Gobierno de Rodrigo Chaves a un crédito de $75 millones con el Banco Mundial ha dejado a los pescadores en una situación aún más precaria.
Ante esta situación desesperada, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) y el Instituto de Desarrollo Rural (Inder) anunciaron una inversión de $60 millones para el sector. Sin embargo, los pescadores temen que estas promesas solo sean palabras vacías, ya que han sido decepcionados en el pasado por la falta de acción del gobierno.
La propuesta de construir 16 embarcaderos con los $60 millones prometidos ofrece una esperanza para los pescadores, pero solo si se materializa. Martín Contreras advierte que, si para principios de 2025 no ven avances concretos, tomarán medidas drásticas y se lanzarán a las calles en protesta por el incumplimiento del gobierno.
La comunidad pesquera de Guanacaste exige que se les permita expandir sus operaciones en el mar, no solo limitándose a la pesca, sino también incursionando en el turismo y la acuicultura. Consideran que esta es la única manera de asegurar su supervivencia en un momento de crisis económica y ambiental.
La falta de apoyo gubernamental ha llevado a los pescadores al borde de la desesperación, pero están decididos a luchar por su derecho a una vida digna y por el futuro de su comunidad. La palabra empeñada por las autoridades debe ser respaldada con acciones concretas, o de lo contrario, la comunidad pesquera de Guanacaste se verá obligada a enfrentar más dificultades y penurias en los próximos años.
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