El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, anunció que el Ejército israelí ingresará en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, para eliminar a los supuestos cuatro batallones de Hamás que aún se encuentran en esa área, sin importar si hay un acuerdo de tregua o no. Netanyahu declaró que la idea de detener la guerra antes de alcanzar todos los objetivos está fuera de discusión.
Sus declaraciones surgieron durante una reunión con familiares de secuestrados y víctimas del ataque del 7 de octubre. Esto ocurre mientras Hamás considera una última propuesta de tregua presentada por mediadores en El Cairo, que incluye un alto el fuego de 40 días y la liberación de miles de presos palestinos a cambio de rehenes en Gaza, según informes de medios israelíes.
El ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, también a cargo de la Cartera de Defensa, había amenazado con romper la coalición de gobierno si Netanyahu renunciaba a llevar a cabo la acción en Rafah, considerada el último bastión de Hamás. Sin embargo, Netanyahu enfatizó la importancia de cumplir con la misión de destruir a Hamás en Rafah, a pesar de las advertencias de Smotrich.
En respuesta a las amenazas de Smotrich, el ministro del Gabinete de Guerra, Benny Gantz, subrayó la importancia de ingresar en Rafah y resaltó la urgencia de recuperar a los secuestrados, que habían sido abandonados por el gobierno en un incidente previo.
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